al imagen de Dios y han sido redimidos por medio de Cristo. Estas personas no solo pueden, sino deben, cambiar. Cuando declaro esto, me doy cuenta que los que han luchado para vencer al pecado tendrán algo de escepticismo. Estarán diciendo, “¿Cómo puedes decir con tanta confianza que puedo cambiar? ¡No conoces mis padres, ni conoces mi situación, y no me conoces!” Por cierto, no estoy aquí para aumentar tu estima de ti mismo por sugerir que tu tienes el poder en tí de cambiar. Ni tengo la confianza
Page 4